Natural Arpajou presenta Libre, un largometraje low cost y de denuncia social con el que reivindica la importancia del cine independiente
En 2018 presentó su ópera prima en la sección Zonazine del Festival de Málaga
La argentina Natural Arpajou ha vuelto al Festival de Málaga para presentar su nuevo largometraje, Libre, producido por ella misma con un presupuesto de 2.000 euros y con el que compite en Sección Oficial para denunciar la falta de oportunidades y el conflicto social de las villas argentinas. También quiere demostrar que el dinero no lo es todo y se ha mostrado orgullosa y emocionada de presentar un proyecto independiente como éste en la sección más importante del certamen.
Arpajou también es la guionista y los protagonistas son sus alumnos de los talleres de cine que imparte en un centro cívico de una villa en Buenos Aires. Le pareció interesante rodar con su propio equipo de alumnos, que, a pesar de estudiar cine, no tienen acceso a la industria del país. Todos pertenecen al mismo barrio y se ha apoyado en ellos junto a algunos actores famosos. “Sin la gente de allí no habría sido posible contar esta historia”, ha asegurado. Esteban El As, Alan Nicolás Gómez, Nancy Duplaa, Gastón Pauls, Richard Waggener, Paloma Contreras, Guido Ledezma, Sofía Diéguez, Carolina Miranda y Susana Varela componen el reparto.
También ha aclarado que ha tardado más de siete años en sacar adelante su proyecto más retador por el bajo presupuesto y los pocos recursos con los que contaba, pero muy satisfactorio porque también le ha servido para reivindicar la importancia del cine independiente. Desde que comenzó a impartir las clases en el barrio fue estrechando vínculos con la gente de allí para conocer su realidad y escucharles porque considera que el cine de autor tiene que ser cercano y empático.
Por otro lado ha destacado que no ha querido guionizar las palabras porque para ella cada palabra significa algo. De hecho más que un guión lo que ha elaborado es una escaleta, para que los actores tuviesen mucho espacio para la improvisación. Y ha recordado emocionada la ilusión y la implicación de todo el equipo. “Es como si todos fuesen directores”, ha concluido.
Alguna de las realidades que Arpajou retrata es la violencia policial que sufren sus propios alumnos. De hecho, uno de ellos, que interpreta a un personaje policía,
empleó la actitud violenta que él mismo había sufrido.
Por último, ha ensalzado el poder de la cultura para garantizar la reinserción de las personas que han cumplido condena en prisión o que no disponen de recursos ni oportunidades.
Maxi llega a su casa en una villa de Buenos Aires, después de estar ocho años preso, e intenta recuperar su vida, pero su madre ha muerto y en el barrio ya nada es como antes.
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