En rueda de prensa, Chen ha revelado que le gusta contar historias de personas normales y reales que atraviesan un momento concreto de ambivalencia moral que les empuja a tomar una decisión. Los personajes de su largometraje no son ni buenos ni malos, sino que las circunstancias les obligan a elegir una opción -donde prime el egoísmo- u otra -en la que desarrollen su empatía y comprendan que los demás se encuentran en una situación de necesidad que requiere de cierta generosidad-.
La actriz Azul Fernández interpreta a Vera, una joven ex surfista embarazada que se enamora de un terreno barato a pocos pasos del mar. Allí vive una viuda con dos hijos que después de varias negociaciones se arrepiente de venderlo. A partir de aquí, la ambición de Vera provoca que contacte con un agente inmobiliario local que le propone un acto inmoral para quedársela. Esta historia nos hace preguntarnos hasta dónde seríamos capaces de llegar por conseguir lo que más deseamos.
Sobre sus personajes, la directora ha especificado que son gente de clase media, que ha recibido una educación, gente ilustrada, profesionales, que de repente se dejan llevar por el deseo y se desata una ambición desmedida. A partir de aquí se empeñan en vencer cada obstáculo que se interponga en su camino sin tener en cuenta las consecuencias.
En esta misma línea, Chen ha aclarado que intenta retratar la ambición de quien no está ni arriba ni abajo, sino justo en medio. Y aunque no están en la cúspide, se aferran con uñas y dientes a lo que sea para no bajar de escalón.
Por otro lado, la cinta también plasma un conflicto muy actual entre la población local y los turistas o forasteros que están de paso. Se trata de la escenificación real del conflicto presente entre el turista y el local.
Su protagonista, Fernández se ha mostrado muy satisfecha por afrontar su primer papel protagónico que ha supuesto para ella un proceso de mucha introspección, bastante oscuro y solitario para interiorizar a su personaje.