La Sección Oficial de Documentales acoge en su segunda jornada la proyección de producciones nacionales, brasileñas y mexicanas
Una obra de arte olvidada, un arquitecto desaparecido y la relación intergeneracional compiten por la Biznaga en el Festival de Málaga
La segunda jornada de la Sección Oficial de Documentales del Festival de Málaga comenzó con la presentación del cortometraje ‘Apariçáo’, dirigido por la cineasta y directora de fotografía brasileña Camila Freitas. Contada en primera persona, esta pieza fílmica aborda de forma muy intimista algunas de las tradiciones afrobrasileñas más arraigadas; como es la conexión con la espiritualidad a través de rituales domésticos, algo que se transmite de generación en generación.
En ‘Apariçáo’ vemos un diálogo sensible entre la directora y su abuela, una mujer que se comunica con espíritus como el caboclo Indaia, su guía y pariente espiritual. El término caboclo, que aquí evoca espíritus de curanderos vinculados a los pueblos de la selva, podría usarse, en un contexto colonial, en referencia a indígenas esclavizados, catequizados o mestizos, en contraposición a aquellos que escaparon de la asimilación y la cristianización.
A continuación, el público pudo asistir al largo documental ‘The Sleeper. El Caravaggio’ perdido, dirigido por Álvaro Longoria. El productor y director ganó el Goya en 2012 al mejor documental por ‘Hijos de las nubes’. En este nuevo thriller documental, lvaro Longoria ofrece una mirada exclusiva al complejo mercado del arte antiguo, centrándose en el redescubrimiento de un cuadro perdido de Caravaggio, uno llamado Sleeper. Un cuadro que, durante años, estuvo colgado en el salón de una familia madrileña que lo saca a subasta por solo 1.500 euros. Tras ser reconocido por expertos y marchantes de arte, se desata una intensa carrera por adquirirlo.
“Hace tres años y medio tuve la suerte de enterarme de un rumor sobre un Caravaggio perdido. Y ahora viendo nuestro documental por segunda vez en una pantalla grande me emociona mucho. Tuvimos el privilegio de entrar en todos los museos de Italia para grabar solo cuadros de Caravaggio. Fue increíble”, confesaba Álvaro Longoria en el encuentro con el público posterior a la proyección.
En el segundo pase de este sábado 15 de marzo, la Sección Oficial acogió la proyección de ‘Incorrespondencias’ del joven cineasta Eduardo de Armiñán que en este ensayo fílmico narra su convivencia con su abuelo, Jaime de Armiñán. Recuerdos emotivos y tristes que darán lugar a cuestiones como la incomunicación, la muerte, el arte y un legado imposible de olvidar.
“Creo que es muy importante hacer películas sobre cosas que de verdad nos pasan en la vida. Mis películas nacen de esta necesidad de expresarme. Aunque sea algo tan personal como mi documental, considero que es necesario dirigir como si fuera una obra de ficción”, argumentaba de Armiñán sobre su forma de hacer cine. Una trayectoria que empezó en 2019 cuando se adentró junto a su padre en la creación del documental ‘El niño de las dos culturas’.
Finalizando la jornada, la directora Maria Mauti presentó su documental ‘Miralles’, una película que recoge la visión del mundo de uno de los arquitectos españoles más importantes del panorama internacional, Enric Miralles. El arquitecto, muerto a los 45 años en el 2000, está enterrado en el Cementerio de Igualada, una de sus obras maestras, y desde allí su vida y sus creaciones quedan indisolublemente ligadas. Fluctuando en las diferentes arquitecturas, el narrador habla con un fantasma, lo evoca en sus espacios, hace preguntas, cruza el umbral entre la muerte y la vida.
“Antes ya había hecho una película sobre un arquitecto y poco a poco me di cuenta de que la arquitectura podía expresarse a sí misma. Entendí que la arquitectura podría ser narrativa. En el caso de Miralles, durante el proceso de investigación vi que la arquitectura podría darme respuestas”, explicaba Mauti.
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