CIMA señala que las mujeres representan sólo el 26% de los altos cargos de la industria del cine
También el área técnica sigue siendo un campo copado mayoritariamente por hombres
La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) ha celebrado esta tarde una mesa-coloquio en el Museo Carmen Thyssen compuesta por una representación de sus casi 300 socias y socios con un claro tema central: la presencia de la mujer profesional en la industria cinematográfica y audiovisual. La mesa ha estado conformada por la distribuidora Nieves Maroto, la guionista Laura Muñoz Liaño, Manuel Jiménez Núñez, director de la productora Yolaperdono, y por la actriz y delegada de CIMA en Andalucía Julia Oliva, que ha conducido el encuentro.
La charla venía precedida por las conclusiones del último informe de CIMA, correspondiente al año 2015, que señaló que “las mujeres representan el 26% de los puestos de mayor responsabilidad frente al 74% que representan los hombres”, lo cual demuestra que la estructura laboral está “ampliamente masculinizada”. Nieves Maroto ha anunciado que están “a punto de sacar el informe de 2016”, pero ha admitido que les “resulta muy complicado conseguir los datos”, ya que pese a que “los organismos están obligados a facilitarlos segregados por sexo, no es fácil conseguirlos aún”.
Maroto ha ampliado y detallado las conclusiones del informe en el acto, analizando, por ejemplo, cómo el porcentaje más alto de la presencia de mujeres en el cine se encuentra en la categoría de diseño de vestuario, peluquería y maquillaje. “En las demás categorías la representación es muchísimo más baja”, siendo “casi nula” en las secciones técnicas, como sonido y fotografía. En cuanto a los reconocimientos, entre 2015 y 2016 se han entregado tres importantes galardones (Premio Nacional de Cinematografía, Goya de Honor, Medalla de Oro de la Academia) y de cuatro premiados solo hubo una mujer, Aitana Sánchez-Gijón, que fue condecorada por la Academia junto al actor Juan Diego.
En comparación con años anteriores, algunos datos mejoran, pero no lo suficiente. Aunque la presencia de las mujeres está creciendo en el ámbito de producción (“por la capacidad de las mujeres para administrar presupuestos, como hacen en sus propias casas”, según Maroto), el área técnica sigue siendo un campo sin conquistar que incluso va en descenso: del 19,9% del 2006 hemos pasado al 8%, “una bajada importante”. En el campo directivo, en cambio, el porcentaje ha subido de un 15,1% a un 20%, lo que se traduce a un ascenso de un 14,7% a un 21% en guion y dirección. El resumen es que a “las mujeres les cuesta mucho trabajo llegar a la jefatura”. De hecho, a menudo la desigualdad comienza desde el proyecto: hay una diferencia de 1.183.376,3 euros entre los presupuestos de películas dirigidas por hombres y mujeres, siendo el de estas últimas mucho menor.
El diagnóstico pasa por “seguir con las investigaciones y tomar medidas legislativas que protejan y permitan que las mujeres tengamos una mayor representación”, ha garantizado Maroto. En este sentido, CIMA se compromete a “impulsar a las profesionales” para “dar visibilidad a una serie de proyectos que quizás sin esa ayuda les costaría entrar en el sistema” con programas como “CIMA mentoring”, cuya próxima edición se pondrá en marcha en otoño, como ha recordado Julia Oliva.
Otra de las problemáticas comunes en las profesionales del cine es que “las actrices pasadas de una frontera de edad ya no tienen cabida, y esto se soluciona en los guiones”, ya que “el reconocimiento a los trabajos dirigidos y escritos por las mujeres es, porcentualmente, algo más elevado que el reconocimiento atribuido a los hombres en las mismas categorías”, tal y como señala el informe.
Así ha dado paso Nieves Maroto a la guionista Laura Muñoz Liaño, que opina que el buen cine no debería tener género, ya que “genera identificación tanto para los hombres como para las mujeres”, por lo que esta “diversidad” no debería significar un “condicionante”. Más aún cuando las cineastas están adentrándose en el cine de terror y en las comedias, campos hasta ahora algo más inexplorados, ya que “tradicionalmente han tendido más al género dramático”. El problema es, según Muñoz Liaño, que “los que deciden qué proyectos se llevan a cabo siguen siendo hombres en su mayoría”, y de esta manera “la igualdad no se va a producir”.
Por último, ha intervenido Manuel Jiménez Núñez, también socio de CIMA, además de uno de los artífices del exitoso documental Las Sinsombrero, que tendrá próximamente una segunda parte. Como dice Jiménez Núñez, “todos conocemos a Dalí, Buñuel, Lorca o Cernuda, lo que no nos han contado es que en ese grupo de influencia había grandes mujeres, en algunos casos de calidad creativa muchísimo mayor que la de otros que sí se han reivindicado”. Los nombres, aunque silenciados, están claros hoy: son Concha Méndez, Maruja Mallo, Marga Gil-Roësset, María Zambrano, María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel o Ernestina de Champourcín, entre muchísimas otras. El productor ha confesado que él no las conocía, pero tampoco algunas instituciones culturales con las que se reunió durante el proceso de realización del documental para conseguir financiación.
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