El drama de la crisis migratoria en Latinoamérica protagoniza las propuestas de la tercera jornada en la Sección Oficial de Documentales
Los cortos ‘Those Next to Us’ y ‘La diosa quebrada’ y los largos ‘La caravana’ y ‘Las ventanas’, presentados este domingo, abordan cuestiones como las migraciones, la fractura social y la paternidad desde distintas perspectivas
La Sala de Turismo y Deporte ha acogido este domingo la tercera jornada de las proyecciones de documentales a concurso. La primera sesión empezó con la exhibición del cortometraje ‘Those Next to Us’ y el largometraje ‘La caravana’, y posteriormente, el segundo pase siguió con ‘La diosa quebrada’ y ‘Las ventanas’, cuatro obras con un importante trasfondo social.
La lucha por un futuro próspero es el leitmotiv del corto documental ‘Those Next to Us’, del director austríaco afincado en México Bernhard Hetzenauer, que ha traído a Málaga la conmovedora historia de Germán López Rosales, sobreviviente del drama de la inmigración entre México y EEUU. Con la voz en off de Germán López, el documental ofrece esta historia narrada en primera persona sobre el difícil y duro viaje hacía un futuro prometedor. Durante treinta minutos, los espectadores del documental logran embarcar junto a Germán que comparte sus angustias sobre la muerte, un pensamiento muy presente a lo largo de su odisea hacía Estados Unidos. A bordo de un camión con otros muchos inmigrantes, Germán consigue sobrevivir después de casi perder la vida por el calor y la desnutrición.
La Sección Oficial de Documentales continuaba profundizando en el drama de la inmigración con el pase de ‘La Caravana’, ópera prima de los codirectores y productores españoles Núria Clavero y Aitor Palacios. Después de estrenar su largometraje en el Festival Internacional de Cine de Shanghai, los realizadores han compartido con el público de Málaga la odisea de Yuri, una hondureña embarazada de ocho meses que en compañía de su pareja y su otro hijo embarca en una aventura para que lograr que su bebé nazca en Estados Unidos. Junto a otras 7.000 personas, Yuri busca escapar de la violencia y la pobreza que impera en Centroamérica. Cargados de esperanza, deberán enfrentar un peligroso camino de 5.000 kilómetros para llegar a una de las fronteras más custodiadas del mundo.
‘Hace cinco años, Nuria y yo estudiábamos juntos en la universidad en México y nos acercamos a la frontera para filmar. En aquella época se hablaba mucho sobre la caravana de migrantes que venía de Honduras… Trump construía su muro… Al principio de llegar a la caravana, hubo mucha desconfianza, pero cuando vieron que no éramos noticieros, si no que dormíamos con ellos, éramos parte de la caravana, todo cambió. Nuestra cámara era un migrante más’, explicó Aitor Palacios en el coloquio posterior a la proyección.
Documentales latinos
En la segunda sesión de este domingo los espectadores pudieron embarcar en otro viaje. De la mano de Ximena Pereira, cineasta migrante venezolana afincada en Chile, el cortometraje ‘La diosa quebrada’ es el resultado de dos décadas de filmación. ‘A mí me interesaba el proceso de politización de Venezuela en estos veinte años y un día apareció rota la imagen de la diosa María Lionza. Entendí que por ahí podía encontrar respuestas’, explicaba su directora al público que asistía a la proyección. La película revela las distintas caras de la fractura de la icónica estatua de la Diosa en medio de una Caracas marcada por una aguda división política y social.
Concluyendo la jornada en la Sección Oficial a concurso tuvo lugar la proyección de ‘Las ventanas’, del director argentino Eduardo de la Serna. En su representación, la ayudante de producción, Alejandra López, compartió con los asistentes algunos detalles sobre un documental que ‘nos permite mirar no solo hacía fuera pero también hacía dentro de nosotros mismos”.
Desplazado hacía México para estudiar los procesos de alfabetización que reciben los pueblos originarios de América Latina, el documentalista argentino acaba realizando una obra intimista sobre los matices de la paternidad. Cargado de ironía y sarcasmo, Eduardo de la Serna observa el mundo que lo rodea y también dentro de sí mismo: la relación con su hija en tiempos de declinación patriarcal.
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