El jueves
21 de abril a las
22:00 horas en el Teatro Echegaray, el proyecto de reciente creación,
Spanish Crooners, formado por
Javier Corcobado y Conde, pondrá fin a una nueva edición del Málaga de Festival, un espectáculo basado en la canción elegante cuyo origen reside en el amor por la música; un
hennessey hammock expedition asym zip show creado por y para la emoción y su belleza. Las entradas están ya a la venta en la taquilla del Teatro Echegaray y Teatro Cervantes, y en la web: unientradas.es.
Spanish Crooners ofrecerá dos horas de espectáculo con doce músicos sobre el escenario del Teatro Echegaray; dos cantantes de largo recorrido, que conocen el oficio como pocos, se servirán de canciones de
Frank Sinatra, Serge Gainsbourg, Scott Walker, Camilo Sesto, Charles Aznavour, Burt Bacharach, Raphael, Elvis Presley, Nat King Cole, José Alfredo Jiménez, Nino Bravo y un largo etcétera, para no solo homenajear al cine y la influencia de estos artistas en la disciplina, sino poner en valor la música y su práctica. Huir de esa esencia efímera que impregna el acontecer cultural. El repertorio se completa con composiciones propias. Cada artista, por separado, interpretará un set de canciones fabulosas arropados por la banda que los acompaña.
SPANISH CROONERS
Cuando todo lo que se sale de la norma establecida es considerado extraño y anacrónico, en ese preciso instante, hay que recuperar y reivindicar la figura del CROONER (con mayúsculas): ese hombre aferrado a su micrófono que nos cuenta historias de amor, desamor, de muerte y de vida; ese tipo invisible que jamás descubrirías y que podría ser tu vecino, porque sólo sobre un escenario se hace visible.
Spanish Crooners es un espectáculo de canción ligera pero intensa, de elegancia interpretativa al estilo clásico, un espectáculo tan rotundo y respetuoso con la tradición e innovación que actúa como revulsivo contracultural e impone la filosofía del buen gusto como arma filosófica: un show creado por y para la emoción y la belleza.
La reivindicación de canciones y artistas inmortales era obligatoria y necesaria. Había que hacerla desde lo pretérito y lo contemporáneo, en perfecto matrimonio, y desde las entrañas y el corazón, con el fin de seducir a todo tipo de públicos con la sensibilidad adecuada para apreciar la esencia hechicera de la buena música.
Dos intérpretes, de pie o asistidos por el sempiterno taburete, con un micrófono en la mano, al frente de una orquesta brillante, enérgica y vibrante, formada por grandes y reconocidos músicos: Julián Sanz al piano, órgano y melódica, Jesús Alonso a la batería, Juan Pérez Marina a la guitarra, Israel Calvo a la guitarra y Sergio Devece al bajo. A ellos se suman otros siete excelentes músicos que conforman el resto de la agrupación (cuerdas y metales).