El cine latinoamericano a través de la guerra y la memoria centran la jornada meridional de los documentales
La cineasta Eva Vila regresa a Málaga con su nuevo proyecto ‘Memòria del cos’
Las producciones y co-producciones latinas han brillado en la jornada de sección oficial llevada a cabo en el meridiano de la 25 edición de Festival de Cine de Málaga, en la que el Teatro Echegaray ha vuelto a ser la casa de acogida de estos distintos proyectos.
De esta manera, la producción guatemalteca ‘El silencio del topo’ de la directora Anaïs Taracena –quien recibió el pasado 13 de marzo uno de los premios principales del Festival de Cine y Foro de Derechos Humanos de Ginebra- ha sido la encargada de abrir la sesión de este miércoles.
El largometraje documental repasa mediante entrevistas e imágenes de archivo la historia del periodista Elías Barahona, apodado el “topo”, ya que entre 1976 y 1980 estuvo infiltrado como secretario de prensa del Ministerio de la Gobernación de Guatemala. Asimismo, fue el hombre de confianza del ministro Donaldo Álvarez Ruiz, un puesto desde el que pasó información a guerrilleros con la que pudo salvar numerosas vidas de personas perseguidas por sus ideas políticas.
“He estado trabajando durante seis años en el documental. Ha sido un proceso un poco largo y lento, ya que tuvo mucho tiempo de investigación. ‘El Silencio del Topo’ en realizado en forma de entrevista y acompañado de una narración en voz en off. El filme tiene muchos momentos metafóricos”, explicó la directora.
Taracena ha señalado que fue en el 2011 cuando conoció a Barahona y se hicieron buenos amigos. A través de diferentes charlas le contó su historia como periodista infiltrado en el régimen militar del general Romeo Lucas García, y confiesa que la cautivó “desde el primer momento”. Pero, no fue hasta la muerte de éste, en 2014, cuando decidió que “sí o sí” tenía que hacer el documental.
El documental, que compagina tan solo una semana de rodaje con el propio Barahona –sobre todo, cuando dio declaraciones en el juicio por la quema de la Embajada de España ocurrida en 1980 en donde murieron estudiantes, líderes indígenas y funcionarios públicos de Guatemala y España- con imágenes de archivo, no solo quiere mostrar lo que pasó con este hombre, sino también una reflexión a la memoria, qué es lo que preservamos o qué recuerdos guardamos.
Previo a esta proyección, se ha llevado a cabo la presentación del corto ‘Memòria del cos’ (‘Memoria del cuerpo’), el primer cortometraje documental de la directora española Eva Vila, quien hace un recorrido por la vida de la cineasta Carmen Castillo, sobreviviente de la dictadura de Pinochet.
Sucedió en 1974, cuando los militares irrumpieron en la casa donde vivía clandestinamente y matan a su compañero Miguel Enríquez. Castillo, embarazada, sobrevive, pero pierde a su hijo, que fallece al mes de haber nacido, entonces es ahí cuando ella inicia su exilio.
Vila, que no ha podido estar en la presentación, que en su lugar ha venido el montador del corto, Nicolás Tabilo, ha señala que, en el último encuentro de la directora con ella, sintieron la necesidad de buscar un lugar fílmico para hacer un homenaje a la memoria del cuerpo del hijo perdido.
Asimismo, confiesa que este corto es un puente hacia un largometraje en el que Vila se encuentra rodando ahora mismo.
Las dos últimas propuestas de la noche han sido la co-producción franco panameña, en forma de corto ‘A love song in Spanish’ de la directora Ana Elena Tejera, quien a través de una performance biográfica entre ella misma y su abuela cuenta una historia para afrontar la dictadura doméstica.
La jornada de este miércoles se ha cerrado con la cinta panameña ‘Para su tranquilidad, haga su propio museo’ de las directoras Pilar Moreno y Ana Endara. Moreno, quien es también artista, ha reconocido que el origen de este documental nace de su interés en el arte que se produce fuera del mundo artístico.
“El trabajo que hemos hecho nació en un pueblo pequeño en mitad de la nada de Panamá. Empezamos un viaje hermoso cuyo culmen es esta noche aquí en Málaga, por lo que estamos muy contentas de que se nos haya dado la oportunidad de presentar nuestro trabajo aquí en España”, ha puntualizado Endara.
En un pueblo minúsculo en mitad de la nada, habita el fantasma de una anciana, Senobia Cerrud, quien hace tiempo convirtió su casa en el Museo de Antigüedades de Todas las Especies. Con ellas creó un mundo lleno de seres fantásticos -muchos hechos con cosas descartadas en la basura- que la acompañan ahora en la vida que eligió vivir para siempre.
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