Rodrigo Ruiz Patterson: ´Summer White´ muestra “qué ocurre cuando las emociones fuertes se presentan por primera vez en la vida”
La ópera primera del realizador mexicano participa en la Sección Oficial al concurso del 23 Festival de Málaga
El 23 Festival de Málaga ha presentado este jueves 27 de agosto la película Summer White (Blanco de verano), una película inspirada en la propia infancia del realizador, el mexicano Rodrigo Ruiz Patterson, que aborda la relación entre un hijo con su madre soltera y la nueva pareja de esta. “Quería reflejar qué ocurre cuando emociones tan fuertes como los celos se presentan por primera vez en la vida”, ha asegurado el director.
Protagonizada por Sophie Alexander-Katz, Adrián Ross y Fabián Corres, Summer White es la historia de Rodrigo, un adolescente solitario que es el centro de atención de la vida de su madre. Todo cambia cuando ella lleva a vivir a su nuevo novio a su pequeña casa en las afueras de Ciudad de México, lo que provoca en Rodrigo un conflicto entre aceptar a la nueva familia o recuperar su lugar aunque sea a costa de la felicidad de su madre.
En la rueda de prensa posterior a la proyección, Rodrigo Ruiz Patterson ha explicado que su ópera prima como director surge de sus propias vivencias, cuando escribió el relato de su propia infancia. “Soy hijo de madre soltera, con la que tengo una relación muy cercana, y tuve varios padrastros en mi infancia”, aunque lo que cuenta la película “es pura ficción” después de que el guionista Raúl Sebastián Quintanilla, también presente en la rueda de prensa virtual, le dijera que “la historia de mi vida no funcionaría en pantalla”. A partir de esas vicencias, ambos construyeron una película “cuyo corazón es una relación muy íntima de un hijo con su madre”, señaló el guionista.
Por su parte, Sophie Alexander-Katz explicó que la construcción de la relación madre-hijo en pantalla se inició mucho antes con el joven Adrián Ross, que se ponía por primera vez delante de una cámara. “Trabajamos las improvisaciones de situaciones similares a las de la película, con el fin de que los personajes se encontraran como una misma familia”. A su vez, Adrián Ross destacó la dificulta de interpretar a un personaje “nada parecido a mi”. “Fue un trabajo muy profundo, con mucha concentración”, afirmó.
La película, rodada cámara en mano para “dar libertad de acción a Adrián” en su primera experiencia delante de la cámara, tiene en el fuego un elemento simbólico que “expresa lo que sienten los personajes”. “Es un elemento que inicialmente es cómdo, cálido y aporta confort” al personaje de Adrián, pero que “va creciento, quemando interiormente al personaje y expresando su ira”. “Si uno no sabe acomodar esas emociones en la vida, los sentimientos hacen erupción de forma brusca”, ha añadido el director.
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