Lois Patiño indaga en el cine experimental con la evocadora `Lúa Vermella´
El gallego bucea en el tiempo y la pérdida en una cinta, que se ha presentado hoy en Zonazine, en la que predomina la inmovilidad
Las nuevas formas cinematográficas explorando otras formas de experiencia del tiempo es en lo que el director gallego Lois Patiño (1983) indaga en Lúa Vermella, la quinta cinta presentada en la sección Zonazine, que ha tenido lugar hoy en el cine Albéniz. Algo que se materializa a través de la inmovilidad de las figuras humanas en el paisaje y de una hibridación entre la ficción, el género de terror, el retrato documental y el cine experimental, próximo al vídeo arte.
Ambientada en un espacio limbo entre vivos y muertos, sueño, realidad o mito, la película de Lois Patiño, con fecha de estreno el próximo 30 de octubre, respira un tono “poético, metafísico, apocalíptico limítrofe entre vida y muerte”, ha afirmado su director. La inmovilidad, el tempo pausado y voces que son casi susurros predominan en Lúa Vermella, con la que Patiño ha querido investigar qué “narrativa evoca al espectador la presencia de una figura en una paisaje”. “Es un lenguaje nuevo también para mí. Esta idea de intentar descubrir cosas nuevas te hace también lanzarte a ti a lo desconocido”, ha confesado.
“Quería trabajar elementos como el mar en todo su poder simbólico de reverberación, de cementerio, de más allá, de monstrúo”, ha matizado el realizador, quien ha reconocido que la película también puede ser leída como “el proceso de duelo, de luto, de un pueblo ante la pérdida de un vecino en el mar”. “Quería trabajar en torno a los seres más característicos de la mitología gallega como son las meigas y la Santa Compaña. Las primeras porque se les presupone una capacidad para comunicarse con los muertos y visitarlos, y la Santa Compaña porque son fantasmas que habitan en la realidad, que necesitan ser guiados para ir al más allá. Son figuras entre lo mítico y lo real, entre los vivos y los muertos”, ha expresado.
“La pelícuala también tiene una voluntad documental de hacer un retrato de la zona de los pueblos que mostramos”, ha explicado Patiño, quien ha indicado que, tanto Pilar como Ana, las dos protagonistas, vienen de los castings que hicieron en ellos. “A ellas las escogimos por su presencia, por sus rostros, por sus gestos, lo que queríamos llevar a la pantalla era su movilidad, su gestualidad”, ha explicado el autor en lo relativo a la interpretación, que quisieron que fuera “muy mecánica”. “Ellas son los únicos personajes que se mueven en la película, por lo que necesitábamos que sus movimientos fuera muy pausados”, ha agregado.
Con unas influencias que vienen “más de la pintura que del propio cine”, según ha explicado su director, los referentes de Lúa Vermella han sido las figuras ensimismadas en el espacio de Edward Hopper, El Ángelus de Jean-François Millet o los interiores del pintor danés Vilhelm Hammershøi. A nivel narrativo, este proyecto ha bebido de Pedro Páramo y del terror metafísico y cósmico de Lovecraft. El carácter de ensoñación y las figuras escultóricas de El año pasado en Marienbad y El cielo sobre Berlín han sido otras de las inspiraciones a nivel cinematográfico.
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