El cineasta bilbaíno Pablo Berger ha sido reconocido con el Premio Eloy de la Iglesia-La Opinión de Málaga en la 17 edición del Festival de Málaga. Cine Español. La gala de homenaje ha tenido lugar esta noche en el Teatro Cervantes. Ángela Molina fue la encargada de hacerle entrega del premio que concede el Festival en reconocimiento a trayectorias profesionales destacadas. Junto al cineasta estuvieron su familia y amigos como Fernando Tejero, Juan Diego, Paco Delgado o Tomás Cimadevilla, entre otros. En la rueda de prensa previa al homenaje, el director desveló que “ha vuelto al gimnasio de la escritura”, tras una prolongada etapa de rodaje y promoción, para trabajar en la que será su tercera película. Sin embargo, a preguntas de los periodistas, no quiso desvelar nada más: “Siento que estoy traicionando a mis personajes si hablo. Sólo espero que sea una película hermana de las anteriores y con los tres ingredientes de un buen guiso cinematográfico: emoción, humor y sorpresa”. Asimismo, aseguró que “será una película en la que lo voy a dar todo. Porque siempre me planteo cada proyecto como si fuera el último”. Pablo Berger reconoció que sus proyectos han tardado mucho en salir adelante, aunque a su juicio, lo ideal sería poder rodar cada tres años. Sin embargo, hasta ahora eso le ha permitido hacer siempre las películas que quería. Berger agradeció al director del Festival, Juan Antonio Vigar, haber sido elegido para recibir un premio con el nombre de un cineasta “osado, honesto y, además, vasco como yo” y dedicó palabras de cariño a la cita cinematográfica malagueña. “Málaga es mi Festival, el que me dio la alterativa” afirmó, “y es un lugar donde la gente del cine se siente querida, lo cual no ocurre siempre”. El director aseveró convencido que “Málaga es en la actualidad un punto de encuentro para el cine; un lugar donde se gestan proyectos y se pone en contacto a la gente”. Durante la mañana, el director tuvo un encuentro con su público en el Auditorio Picasso, conducido por Luis Alegre. En él, Pablo Berger narró al público asistente cómo fueron sus inicios en el cine, junto a amigos como Álex de la Iglesia y Enrique Urbizu, así como los motivos que le llevaron a rodar sus exitosos e inusuales proyectos. “Mi primera escuela de cine fue la enciclopedia Planeta que coleccioné a fascículos cuatro años”, explicó. “Por eso en todas mis obras hay escrita una carta de amor al cine”, dijo. También relató cómo Tiburón lo marcó descubriéndole “la figura del director”. En un ambiente distendido y cálido, Pablo Berger comentó: “En el fondo me gusta hacer un cine castizo. Me gusta coger un cliché que la gente tiene en la cabeza y darle la vuelta”.