La alfombra roja se convierte en la protagonista de la segunda jornada de documentales
Una tarde marcada por la presencia de obras firmadas por mujeres, centran la segunda tarde de proyecciones de la sección documental junto con el pase especial de ‘Málaga, la alfombra roja del cine español’
Con más de veinte años de trayectoria, la alfombra roja del Festival de Málaga se ha convertido en una de las más icónicas en cuanto a festivales de cine nacionales se refiere. A través del documental sobre uno de los acontecimientos culturales más importantes de la ciudad, Antonio Parra, Georgina Cisquella y Leixandre Froufe firman un trabajo testimonial de los principales protagonistas del certamen y los cambios que se han producido durante sus años de vigencia.
Málaga, la alfombra roja del cine español, ha sido presentada en el primer pase de la tarde dedicado a la Sección de Documentales por sus tres directores. Un viaje sentimental por los más de veinte años de trayectoria del festival “fruto del cariño que el público del cine español le tiene al Festival y a la ciudad de Málaga”, según ha declarado Antonio Parra, periodista y codirector del proyecto. Por su parte, Cisquella ha resaltado la importancia del público que asiste al certamen anual de cine, “entregado y entusiasta” y que sitúan al Festival de Cine de Málaga como un “cruce generacional entre los grandes del pasado y los nuevos protagonistas de las películas más importantes del panorama actual cinematográfico”.
La realizadora mexicana Paola Villanueva ha dado paso a la segunda proyección de la tarde con la presentación de su obra Mientras se espera. La producción brasileña centra su trama principal en la vida de Lola, una anciana que vive en un asilo donde sus únicos esfuerzos se centran en llamar por teléfono a su madre y cuidar de su marido, ya fallecidos. Una entrañable historia que habla de las ausencias y de la importancia de recordar “quiénes somos cuando empezamos a olvidar”.
Mientras se espera habla de los efectos del Alzheimer, tratados desde la intención más amable de mostrar “no lo que pasó, sino lo que los enfermos creen que pasó” y a través de la memoria traer de vuelta a los seres desaparecidos, como único sentido a los últimos días de vida.
Andrea Ballesteros, Iso Luengo y Jorge Moneo firman la tercera proyección de la tarde, con La ciutat interior, un cortometraje sobre “miradas que no se ven”. Los interiores de la ciudad de Barcelona, el trabajo y las confesiones de los conserjes y vigilantes de fincas urbanas y cómo desempeñan su jornada laboral, tras una siempre solícita mirada. Producido por la Universidad Autónoma de Barcelona y su Máster en Teoría y Práctica del Documental Creativo, se trata de la Ópera Prima de los tres jóvenes directores que presentaron el proyecto como trabajo final de estudios.
El último pase de la tarde ha dado paso a la proyección de El señor Liberto y los pequeños placeres. Setenta y tres minutos de relaciones domésticas y placeres para sobrevivir. Un trayecto entre la emoción y la memoria que evidencia la importancia de los pequeños gestos cotidianos. En palabras de su directora, Ana Serret, se trata de “una visión diferente sobre la enfermedad del Alzheimer, con la clara intención de otorgar importancia a lo vivido y no a lo olvidado por los enfermos que la sufren”.
El cierre de la segunda jornada de documentales ha estado protagonizada por Pesquisa, de la directora argentina Pamela Bertoni. Una fantástica trama iniciada por el descubrimiento de un antiguo periódico guardado como herencia familiar, que invita a la directora a iniciar una colección de material gráfico que navega entre la realidad y la ficción.
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